Lesión o rotura del ligamento cruzado anterior

 

En la marcha bípeda se ven involucradas muchas articulaciones tan pequeñas como esenciales. Son esas que nos suenan de oídas cuando dan las noticias sobre un deportista y otras que pueden afectarte a ti, que no eres profesional. Una de ellas tiene que ver con el ligamento cruzado anterior (LCA), situado en la parte media de la rodilla, que impide que la tibia se deslice hacia afuera frente al fémur.

Hoy vamos a hablar de la rotura en el ligamento cruzado anterior y de por qué te puede suceder, aunque no realices deporte.

Causas de lesiones en el ligamento cruzado anterior

Un traumatismo, un movimiento brusco para evitar una caída o extender mucho la pierna pueden ser los causantes de una rotura en el ligamento cruzado anterior. Si eres mujer, tienes más posibilidades de sufrir este problema.

Hablamos de las lesiones en el ligamento cruzado anterior (LCA) de la rodilla, no solo de la rotura completa, que precisa de cirugía.

Síntomas de lesiones y rotura en el ligamento cruzado anterior

Una lesión del ligamento cruzado anterior puede ser un estiramiento excesivo, una rotura parcial del ligamento cruzado o una rotura total. No deja de ser un tipo de esguince. Y, como sucede con los esguinces, a veces no le damos importancia a una lesión que requiere reposo y antiinflamatorios.

Por eso, es mejor acudir al médico de inmediato o al cabo de unas horas si notas los siguientes síntomas. En caso de estar ante una lesión leve, reducirás el tiempo de recuperación y si esta articulación está intacta, al menos te quedas tranquilo si hay suerte, pues en tu visita a traumatología te evaluarán la rodilla al completo.

¿Cuáles son esos síntomas de lesión o rotura parcial del ligamento cruzado anterior que podemos confundir con cosas menos serias?

  • Dolor que comienza al cabo de unas seis horas de sentir un sonido o un chasquido en la zona interna de la rodilla. Si te has lesionado evitando una caída podría suceder que no llegaras a escuchar ese típico chasquido.
  • Con el paso de las horas, si no tienes la pierna en alto, es normal que se inflame la rodilla afectada.
  • El dolor empeora cuando intentas cargar peso sobre el lado afectado y, en caso de rotura, puedes tener problemas de inestabilidad al caminar. Como es evidente, si estabas entrenando debes cesar la actividad de inmediato.

Cómo se trata: operación, postoperatorio y rehabilitación

Las lesiones sin rotura o con una rotura parcial mínima, se curan con reposo, antiinflamatorios durante unos días y, más tarde, fisioterapia en caso de ser necesaria.

Cuando el ligamento se rompe por completo, es necesaria la cirugía artroscópica para unir sus fragmentos y en roturas parciales avanzadas será el traumatólogo quien deba evaluar tu caso.

Operación

La operación se realiza mediante artroscopia, con unas incisiones mínimas similares a las de la cirugía de menisco. De esta manera se reduce al mínimo la primera etapa del postoperatorio y es posible que puedas irte a tu casa el mismo día de la cirugía, siempre que uses muletas o bastón y guardando reposo como se te indique.

Acude de inmediato a tu cirujano o al servicio de urgencias si te sube la fiebre, hay inflamación importante en la pantorrilla o los dedos del pie se van ennegreciendo. Por lo demás, es normal sentir dolor y por eso vas a ir a casa con una serie de analgésicos y antiinflamatorios.

Postoperatorio

A los pocos días podrás comenzar con unos ejercicios específicos para evitar que el resto de la musculatura se atrofie, pero mientras tanto debes estar con la pierna en alto todo el tiempo salvo si te levantas a comer o al baño. Es un reposo relativo del que no debes abusar.

No apliques calor en la zona y vigila que no se mojen las vendas que cubren las incisiones hasta que haya cicatrizado por completo la piel, para evitar riesgos de infección.

Rehabilitación

Si todo va bien, comenzarás la rehabilitación al cabo de una o dos semanas de la cirugía. Este tiempo lo decide tu médico. El tratamiento completo suele oscilar entre los 2 y los 6 meses, con ejercicios que van aumentando la dificultad e intensidad.

Es muy probable que durante tus primeras sesiones debas llevar un vendaje o una rodillera especial para proteger el ligamento anterior cruzado mientras te ejercitas. No varíes el grado de ajuste de esa rodillera; si tienes dudas, consulta con tu fisioterapeuta en el momento.

La rotura del ligamento cruzado anterior no afecta solo a deportistas. Lo que suele suceder es que hay casos leves que no se diagnostican porque el paciente no acude de inmediato al médico, por lo que se demora la curación y pueden quedar secuelas.

Cuando es necesaria una cirugía para arreglar el ligamento cruzado anterior, esta se lleva a cabo mediante artroscopia, pero no te confíes porque, aunque apenas veas incisiones, la rodilla es una zona delicada en lo referente al éxito con los postoperatorios. Haz caso siempre a tu médico y a tu fisioterapeuta.

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