Patologías de la columna cervical

Las patologías de la columna cervical son frecuentes en la población adulta, incluso entre los adolescentes. Dependiendo de la edad, hay más posibilidades de presentar alguna patología cervical concreta, debida al desgaste de los cartílagos o a la pérdida de masa ósea.
No obstante, nadie está a salvo de padecer esos problemas de cervicales porque un simple traumatismo puede ser el origen de una lesión que termine degenerando. Por ello es importante tener un diagnóstico temprano y comenzar con la fisioterapia más indicada para cada dolencia de la columna vertebral cervical en concreto o de los músculos adyacentes.
¿Cuáles son las principales patologías de la columna cervical?
Cuando hablamos de patologías cervicales solemos excluir dolores ocasionales que no se corresponden con ninguna alteración en pruebas complejas como la resonancia magnética.
Una contractura ocasional debida a un tirón o una mala postura no entra dentro de las patologías que vamos a ver, salvo si la situación tendiera a cronificarse. Entonces habría que averiguar por qué se repite tanto ese problema y es donde nos encontraremos, casi seguro, con alguna de las principales patologías a nivel cervical. Vamos a verlas todas de manera resumida.
Cervicalgias: crónicas y/o postraumáticas
La palabra cervicalgia se refiere a cualquier dolor cervical. Hay cervicalgias idiopáticas, de origen no definido y que suelen resolverse solas o con unos días de reposo y analgesia, y cervicalgias postraumáticas, en las que un golpe es el origen de un dolor repetitivo, casi siempre debido a una lesión física, temporal o permanente. Y también existen cervicalgias de origen psicosomático, asociadas con el dolor crónico, que no deben confundirse con la distensión postural cervical que veremos más adelante.
Artrosis cervical
Esta es una de esas patologías cervicales más frecuentes entre la población mayor (de 65 años en adelante), que puede comenzar a evolucionar a consecuencia de un traumatismo importante surgido a cualquier edad. Hay personas con artrosis cervical que no han cumplido los 30 años.
La artrosis cursa con dolor y limitación parcial de la movilidad a consecuencia del desgaste del cartílago que protege una articulación concreta. Cuando se debe a la edad, lo habitual es sufrir artrosis en muchas articulaciones, mientras que la artrosis cervical consecuencia de un traumatismo severo se manifiesta en personas que no presentan, por lo general, problemas de artrosis en otras zonas.
En ambos casos, la fisioterapia ayuda a controlar el dolor y a preservar una movilidad que, de manera natural, va a ir viéndose reducida, a veces por el dolor, otra por la formación de osteofitos.
Protrusiones y hernias de disco
Cuando el cartílago que separa dos vértebras se aplasta, suele haber un desplazamiento de este. Hablamos entonces de protrusiones o hernias, dependiendo de la intensidad con que comprimen la médula espinal.
Aunque existe tratamiento quirúrgico para las hernias cervicales, la peligrosidad de esta intervención hace que siempre se pruebe primero con rehabilitación y fisioterapia.
Pinzamientos radiculares
Si el cartílago que separa y protege dos vértebras cervicales contiguas se desgasta o se aplasta, la distancia entre estas vértebras disminuye. Puede llegar a darse el caso de que comprima los nervios radiculares que emergen de la médula espinal, en cuyo caso hablamos de pinzamientos.
En tratamiento de los pinzamientos cervicales consiste en reposo y AINE si va asociado a una contractura muscular o a una lesión no permanente, y en ejercicios de fisioterapia cuando existe una lesión o los síntomas (dolor, hormigueo en un brazo o una mano, pérdida de fuerza) no remiten en dos o tres semanas.
Distensión postural cervical
Antes no era una afección cervical frecuente, pero con el uso o abuso de los móviles cada vez se ven más casos y a edades más tempranas. Nos referimos a los dolores ocasionados por pasar muchas horas al día mirando hacia abajo o con la cabeza adelantada con respecto al tronco.
No siempre es un problema de malos hábitos posturales. La rectificación cervical puede ser la consecuencia de otras patologías que es preciso considerar antes de pautar un tratamiento u otro.
Espondilosis cervical
Esta patología cervical cursa casi con los mismos síntomas que la cervicartrosis, aunque tiene su origen en una alteración ósea y no en la pérdida de cartílago. Su tratamiento es similar al de la artrosis cervical, aunque es el fisioterapeuta quien conoce qué ejercicios no se deben incluir en la rutina a seguir en función de si se está ante una artrosis, una espondilosis o una combinación de ambas.
Las vértebras cervicales soportan el peso de la cabeza y poseen una amplia movilidad. No es extraño que puedan presentar un sin fin de problemas articulares o de la musculatura que las recubre, de igual modo que sucede con las lumbares.
Una patología cervical puede acompañarse de síntomas diferentes al dolor, incluso confundir al paciente porque siente dolor en los brazos y las manos. Para poder establecer un tratamiento, casi siempre de fisioterapia con apoyo puntual o no de antiinflamatorios o de analgésicos, es imperativo tener un diagnóstico correcto. En ocasiones, las largas listas de espera de la sanidad pública hacen que el margen de recuperación posible en una lesión cervical permanente sea inferior al que se hubiera logrado comenzando la fisioterapia al cabo de unos días o un par de semanas del comienzo marcado de los síntomas.
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